Tras una larga espera, sentando en un tronco de un árbol recién talado, después de tantas depresiones, angustias, lloro desconsolado y mas días de un cielo gris azulado. Estoy presente.
Salí en busca de la sombra de un árbol y me encuentro solo con lo quedo de uno, del ultimo de su especie.
Cuantos caminos mas hay por recorrer,
¿cuantos espacio en blanco quedan?
El calor quema mi cabellera, y no hay ni una sombra que me salve.
Busco la salvación, la salvación me busca a mi, y no tenemos donde encontrarnos.
¿Te gusta el sufrimiento, hombre?
viernes, 5 de febrero de 2010
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