miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cuando el amor se rebela contra el orgullo

Que estúpido que es el caminar todos los días
sin darse cuenta lo que realmente se tiene,
vivimos en un enfoque material,
y cuando ya estamos muy sumidos en eso
la única forma de salir es un golpe que nos hace caer,
nos daña pero el dolor nos hace recordar que sentimos,
que tenemos emociones, que amamos.
Las diferencias sólo entran en el enfoque material,
hay que desenfocarse de vez en cuando
para poder ver qué nos perdemos desde un simple suspiro,
un minuto bajo un árbol, aire puro que renace nuestro cuerpo.
El cuerpo es el reflejo de nuestras emociones,
si no las expresamos el cuerpo se reprime.
El cuerpo nos manda señales a todo momento,
un simple dolor de cabeza tiene todo un motivo de fondo,
¿o acaso el colon irritable aparece de la nada?
si te reprimes la rabia, tu guata se tensa apretando todos los órganos.
Debemos escuchar nuestro cuerpo
y ver nuestro alrededor a fondo no superficialmente,
y así todas las personas que viven con y por nosotros, podrán irse tranquilos sabiendo que nada de lo que hicieron fue en vano...

"estando más presente que nunca, con todo el amor recíproco que hubo entre la familia y tu, te digo gracias y hasta pronto mama"